Después de tantos días de silencio, vuelvo con el corazón roto de dolor por el fallecimiento de mi padre.
Después de un invierno tan duro como este, de tanto frío y tras pasar al menos tres neumonías el pasado 18 de Marzo mi padre ya no pudo más y su corazón se detuvo y con él el mio se partió por la mitad.
Miles de recuerdos se agolpan en mi mente. Retrocedo en el tiempo y me parece imposible que todo haya terminado. De un plumazo toda una vida se esfuma y queda un vacío inexplicable, como si alguien te arrancase una parte de ti, una parte que creo que nunca volverá a ser la misma.
Los últimos meses fueron agotadores para todos. Muchos días de hospital quedan en los últimos recuerdos, momentos en los que creíamos que saldría adelante y otros en los que sus fuerzas se debilitaban hasta el punto de no poder hablar.
Curiosamente cinco horas antes de morir y tras haber estado todo el día anterior agonizando, sin responder a ningún tipo de estimulo; abrió los ojos se levantó de la cama y pidió el desayuno, desayuno que se comió el solo. Pidió que lo lavaran y estuvo hablando con nosotros tan tranquilo.
La Dr que atendía su caso se quedó descolocada cuando se lo dije. Me dijo que era imposible que hubiese hecho eso; pero así fue y cinco horas más tarde fallecía tras haberse vuelto a levantar para comer y comerse todo lo que llevaba en la bandeja. Después se tumbó se durmió y media hora más tarde dejaba de respirar.
Hasta pronto.
miércoles, 31 de marzo de 2010
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